Reseña de Te comerás el mundo

Te comerás el mundo | Jara Santamaría
SM | Tomo único
109 pp. | ISBN: 978-84-675-2001-9

Premio Jordi Sierra i Fabra a autores menores de 18 años

Lucía no es fea, no sale mucho, no es mala estudiante, pero... no es Noemí. Y es que Noemí es la más guapa, la chica con la que todos quieren salir y la primera de la clase. Además, quiere ser modelo y lo va a conseguir. Por eso, a su lado, Lucía se siente fuera de foco, borrosa, casi invisible. Quizá si perdiera algún kilo más...

Su autora

Jara Santamaría Cebollero tenía diecisiete años cuando Jorid Sierra i Fabra la llamó por teléfono y le comunicó que el prestigiosos galardón literario del escritor catalán había sido para ella. Jara no se acuerda cuándo comenzó a escribir, lo que sí sabe es que con trece años ya tenía bien claro que quería dedicarse en cuerpo y alma a la literatura. En 2008 ganó el Premio Jordi Sierra i Fabra a autores menores de edad con Te comerás el mundo.

Opinión personal

¡Atención! A partir de aquí puede haber spoilers

Me encanta leer todas las novelas que resultan premiadas por el Premio Jordi Sierra i Fabra, quizás porque están escritas por personas que, o bien tienen mi edad, o bien están muy cercanos a ella. Si La leyenda negra de Arlet Hinojosa me pareció una delicia que nadie debería perderse, Te comerás el mundo no ha conseguido a alcanzar los niveles de su compañera pero sí que me ha dejado muy buen sabor de boca.

Te comerás el mundo quizás no es la mejor novela que he leído este año ni mucho menos, pero sí tiene un algo, un factor X que soy incapaz de definir que convierte su lectura en algo profundamente placentero. No tiene la mejor pluma del mundo, ni la mejor trama del mundo, ni los mejores personajes del mundo, pero lo que sí es cierto y que no puedo negar, so pena de mentirme a mí mismo a todos mis lectores/as, es que esta historia te atrapa y te enamora.

''Se sentía fatal, odiándose como jamás se había llegado a odiar.

Ya así, con los dedos en su garganta, encontró la salida más fácil.''

No sé como lo ha hecho, pero Jara ha conseguido algo muy, muy importante: que el lector se meta de lleno en la historia, se zambulla entre sus personajes y sus lugares. ¿Alguna vez habéis reído, llorado, hablado como los personajes de una novela que estáis leyendo como si fueran vuestros propios amigos o hermanos? ¿Alguna vez habéis sentido que vivís con ellos, que su historia, sus problemas y sus miedos son los tuyos? Pues eso es lo que me ha pasado a mí con Te comerás el mundo. Es algo difícil de describir; la conexión que he sufrido con esta historia desde casi -ojo, esto es muy importante- la primera página ha sido mágica, una experiencia casi mística. ¿Por qué? Lo siento, no soy científico, no estoy capacitado para responder a esa pregunta. El caso es que he vivido la historia como si fuera la mía propia.

Ya lo he comentado antes, la pluma no es nada del otro mundo. Es sencilla, poco -o nada- descriptiva, casi puramente narrativa y sin estilos retóricos ni elaborados. Sencilla, clara y concisa. Tiene un ritmo bastante rápido, lo que hace que la novela se lea muy pronto (de hecho, Te comerás el mundo es un título muy apropiado para este libro, puesto que te comes el libro, literalmente; yo tardé tan solo un día en leérmelo). Además, la historia está contada en primera persona por la protagonista, por lo que el acercamiento del lector a ella es enorme. Bueno, ya lo he dicho y no quiero repetirme, pero es que la conexión que he sufrido, no solo con su historia, sino con su protagonista, ha sido maravillosa. Hubo algún momento en que pensé que Lucía (la prota) era yo y yo era Lucía -y eso que mi situación personal no se parece mucho a la de Lucía). Siempre la recordaré como uno de los protagonistas con los más he conectado en toda mi vida.

La trama es bien sencilla: una chica de diecisiete años que se ve como una mierda y que encuentra en su ¿mejor? amiga Noemí a la chica perfecta, la chica que a ella le gustaría ser. Su madre no le hace ni caso y por si fuera poco una serie de circunstancias trágicas se agolpan en torno a ella y consiguen hacer de ella una chica tímida, retraída, con una nula autoestima y yo casi diría que depresiva. Así que concentra todo su esfuerzo en cambiar su cuerpo, ya que cree que es él el culpable de todos sus males, y cae sin darse cuenta en la anorexia y en la bulimia (no uno, sino dos, que estamos de rebajas). A simple vista parece una historia muy profunda que va a ocupar cientos y cientos de hojas, pero al final queda reducida en nada, en apenas 110 páginas, eso sí, repletas de crítica social y mensajes positivos y optimistas. Es como las pastillas que llevan los astronautas, en las que están comprimidas toda una comida, peor en libro. Alucinante.

Para terminar, los personajes son geniales. No son los mejores con los que me he topado ni mucho menos, pero ese factor X los convierte casi casi en personas de carne y hueso. Vives con ellos. Te los crees. Parece que vas a dejar el libro en la mesa de tu habitación, vas a salir y a la calle y te vas a encontrar con Beatriz paseando por ahí, o vas a ir al instituto y te vas a topar con Manuel y Lucía creando música e una conjugación perfecta de maestría y comprensión. No sé, es algo mágico. 

Y es que Te comerás el mundo contiene en sus 109 páginas algo mágico, lo que al convierte en una novela mágica. No será la mejor novela del mundo, ni la más profunda, ni la más divertida, pero lo que sí sé es que he conectado con su historia y con sus personajes más que con cualquier otra novela que he leído, sé que los he sentido en la piel, y eso, para mí, es el mayor tesoro que puedes encontrar encerrado entre las tapas de un libro.

Lo mejor: ese algo que tiene que consigue que conectes con la historia y con los personajes de una forma maravillosa.

Lo peor: hay pocas descripciones.

Valoración

Una novela corta y rápida de leer con la que he conseguido conectar de una forma mágica.