Homo Legens | Sin colección
727 pp. | ISBN. 978-84-934595-1-2
Dostoyevski se propuso en este llibro crear a un personaje que encarnara a la perfección todas las virtudes del cristianismo. Al personaje le llamó Mischklin, a la novela El Idiota.
La acción arranca con el inocente y epiléptico príncipe Mischklin llegando a la Estación de San Petersburgo para caer de golpe en una intrincada red de violentas pasiones y tensas relaciones personales que derivarán en soborno, traición e incluso asesinato. La rígida sociedad creada por la aristocracia rusa no se acomoda con facilidad a la inocente ternura del protagonista.
En El Idiota, Dostoyevski mostró su febril talento para la penetración psicológica con una intensidad deslumbrante. La traducción de Rafael Cansinos Assens, clásica en sí misma, conserva con toda su frescura el peculiar ritmo narrativo del original ruso.
Enlaces de interés: Editorial Homo Legens
Su autor
F. M. Dostoyevski nació en Rusia en 1821 y estudió en la Academia de Ingeniería Militar de San Petersburgo y trabajó de diferentes oficios hasta poder dedicarse por completo a la escritura. Militó en un grupo que conspiró contra el Zar Nicolás I, por lo que fue exiliado a Siberia, donde lo amenazaban con fusilarlo cada día. Esta etapa de su vida le marcó para siempre.
Contrajo numerosas deudas con el juego y murió el 9 de febrero debido a la epilepsia que sufría desde de los nueve años y que le acompañó durante toda su vida.
Más info: Dostoyevski
Opinión personal
¡Atención! A partir de aquí puede haber spoliers.
Tras tres laaaaargos meses, por fin puedo traeros la reseña de este libro que me ha estado comiendo el coco de una manera vergonzosa y premeditada: El idiota. La novela a la que en muchos blogs o webs llaman obra maestra o maravilla universal. A mí me da igual que sea una obra maestra o una basurilla para perder el tiempo. Yo lo único que sé es una cosa. Y voy a decirla desde el principio, pasándome por ******** el calificativo de novelón clásico: no me ha gustado nada. Las cosas claras y el chocolate espeso.
Tras dejar esta primera cosa clara, procedo a la explicación de mi historia con este libro. Comencé a leerlo gracias a mi profesora de Literatura Universal, que, no sé si en un afán de amargar a los alumnos o de suspenderlos, nos obligó a leer esta novela. Esto es hasta cierto punto comprensible; vamos a ver, al fin y al cabo, es Dostoyevski. Uno de los más importantes -por no decir el más importante- escritor ruso. A caballo entre el realismo y el naturalismo, Dostoyevski marcó un antes y un después en la literatura rusa, como lo hizo en la española Cervantes. Así que, bajo la firme amenaza de bajarme dos puntos si no lo leía, tuve que cogerlo, armarme de paciencia y... a ello.
Eso, paciencia. Paciencia es precisamente lo que necesitas para poder leer El Idiota. Grandes dosis, a puñados. Y no solo por las 727 páginas que tiene, que eso ya es lo de menos -yo leí Panteón (Memorias de Idhún III), que tiene aproximadamente 950 páginas-, sino por las laaargas descripciones de los personajes, el lento estilo que usa su autor y la complejidad de su trama.
Me explico: la acción se desarrolla en la ciudad de San Petersburgo (Rusia), el pueblecito residencial de Pávlosk y en Suiza. Dostoyevski nos presenta al inocente y epiléptico Príncipe Mischkin, que decide salir del hospital suizo en el que está internado y marcharse a S. Petersburgo, de donde desciende. Allí, tal y como dice la sinopsis muy acertadamente, entra en una serie de complejas tramas familiares, políticas y de influencias de las que saldrá muy mal parado. Y la novela no es más que eso. No pasa nada, no hay nadie que tenga que ir en busca de nadie ni encontrar algo ni seguir a un criminal ni nada. Tan solo son los días que pasa el príncipe por Rusia, y, sobre todo, cotilleo. Al lado de Dostoyevski los tertulianos de Sálvame (para extranjeros: programa televisivo español que acumula todo el cotilleo y el mundo del corazón) se quedan en ropa interior.
La trama es muy compleja. Debido al gran número de personajes, hay múltiples subtramas entretejidas -eso sí, magistralmente- entre ellos. Todos tienen ambiciones, todos tienen intereses que defender, todos calculan cómo librarse de éste o del otro o cómo casarse con el de más allá para obtener fortuna y poder comprar lo que pase por su imaginación. Es todo así. Conspiraciones, sobornos, chantajes, tráfico de influencias dentro de la aparente rígida sociedad aristocrática rusa. Si creíamos que todo esto solo pasaba en la actualidad, no equivocábamos. Está claro que en Siglo XIX también pasaba, y mucho. Yo creo que es esto lo que Dostoyevski quiso retratar en esta novela: los trapos sucios de la clase alta rusa, así como la mente humana. Y eso, desde luego, lo consigue. Traza una descripción perfecta de todas las personalidades y las mentes, desde la corrompida, a la oprimida, a la soñadora a la superficial. El libro es un intento constante por describir de la forma más exacta posible todo lo que Dostoyevski tiene a su alrededor. Y creo que sí lo consigue.
Los personajes son alucinantes. Yo creo que son lo mejor del libro -que será lo que Dosto (¿me permitís que llame a su autor Dosto? Es que el nombre es muy largo y complejo) quería probablemente-. Hay muchísimos, seguramente más de treinta, y eso complica mucho las cosas. Con tanto personaje para arriba y para abajo tiene la posibilidad de enredar más las cosas todavía. Y lo hace. Cada uno tiene su forma de ser, de actuar, su pensamiento... Y su nombre. Que eso otro asunto. Ni que decir tiene que están todos perfectamente descritos, sabes tanto de ellos y los llegas a conocer tan bien al final de la novela que parece que has vivido con ellos durante toda tu vida. Yo personalmente me quedo con Nastasia Filíppovna.
Buf, Nastasia Filíppovna. Es todo un personaje -y nunca mejor dicho. Es flipante. Bueno, es prácticamente la protagonista femenina, alrededor suyo giran el resto de personajes, y, por consiguiente, al trama. Es decidida, valiente, mentirosa, original, istriónica e infinitamente fuerte. Su extraño comportamiento se puede entender por el pasado tan duro que tuvo -el cual no voy a rebelar- y lo mal que lo tuvo que pasar. Eso sí, está bastante tocada de la cabeza. Vamos, que está loca. A lo largo de la novela se va viendo que se va encaminando poco a poco a lo que sería su trágico final. Era inevitable. Es triste. Muy triste. En mí ha conseguido despertar hasta compasión, y creo que una novela que te suscite emociones es un lujo. O por lo menos para mí. Pues eso, que está loca. Y no sólo ella, sino también muchos otros personajes del libro. La mayoría de ellos están un poco trastornados, deprimidos o perturbados. Hay tísicos, mendigos, adúlteros, huérfanos... Es una novela muy oscura. Hospitales, manicomios, rincones oscuros, casas derruidas... Al terminar el libro, tras haber reflexionado sobre él y haberlo analizado fríamente, te das cuenta de que es una novela muy oscura y... no sé... ¿un poco ocultista? Refleja las capas más bajas de la sociedad y lo hace de una manera muy deprimente.
El estilo es lo que falla, desde mi punto de vista. Muy lento, muy descriptivo, muy enrevesado. Es una lectura lenta y pesada. No consigue atraparte. No te enganchas. No dices: ¡ay, no pedo despegar el ojo del papel, estoy enganchadísim@! Esta novela no es como Los juegos del hambre ni mucho menos. Como ya dije antes, solamente se puede acabar si tienes mucha paciencia o mucha obstinación (que es mi caso), o te gusta muuucho la literatura rusa de mediados del siglo XIX. Si no tienes ninguna de esas tres cosas, te aconsejo que no la leas, pero buenos, esto es solo un consejo, por supuesto :P
No quiero acabar la reseña sin dedicarle un párrafo a los nombres. Son una de las cosas que más entorpecen la lectura. De vez en cuando, sobre todo cuando empiezas a leerla, tienes que leer los nombres dos o tres veces porque si no no te enteras. Nastasia Filíppovna, Ivolgin Yapanchin, Ippolit, Lizaveta Prokófievna, Tsch*** (¿y la razón de esos asteriscos?), Aleksandra Ivánovna... Es horrible. ¿No se pueden llamar Pedro, Pepe, Sonia? No, claro, qué bobadas digo. Son nombres rusos ;) Pese a toda su dificultad, enriquecen la novela de forma notable.
Bueno, y creo que no tengo nada más que decir. ¡Ah, sí! La edición es, bueno, bastante buena, teniendo en cuenta que no es una novela juvenil ni fantástica en la que peguen brillos, relieves ni nada de eso.
Ahora creo que ya está todo dicho. Me ha salido una reseña bastante larga, comparable con la extensión del libro... y todavía seguro que me dejado algo en el tintero. En fin, conclusión de haber leído El Idiota: las lecturas obligatorias son una mierda.
Lo mejor: la exhaustiva descripción psicológica de todos personajes.
Lo peor: el estilo y la complicación de la trama, que hacen de la novela una obra muy difícil de leer.
No quiero acabar la reseña sin dedicarle un párrafo a los nombres. Son una de las cosas que más entorpecen la lectura. De vez en cuando, sobre todo cuando empiezas a leerla, tienes que leer los nombres dos o tres veces porque si no no te enteras. Nastasia Filíppovna, Ivolgin Yapanchin, Ippolit, Lizaveta Prokófievna, Tsch*** (¿y la razón de esos asteriscos?), Aleksandra Ivánovna... Es horrible. ¿No se pueden llamar Pedro, Pepe, Sonia? No, claro, qué bobadas digo. Son nombres rusos ;) Pese a toda su dificultad, enriquecen la novela de forma notable.
Bueno, y creo que no tengo nada más que decir. ¡Ah, sí! La edición es, bueno, bastante buena, teniendo en cuenta que no es una novela juvenil ni fantástica en la que peguen brillos, relieves ni nada de eso.
Ahora creo que ya está todo dicho. Me ha salido una reseña bastante larga, comparable con la extensión del libro... y todavía seguro que me dejado algo en el tintero. En fin, conclusión de haber leído El Idiota: las lecturas obligatorias son una mierda.
Lo mejor: la exhaustiva descripción psicológica de todos personajes.
Lo peor: el estilo y la complicación de la trama, que hacen de la novela una obra muy difícil de leer.
Valoración
Lenta, larga y aburrida... Ármate de paciencia o acabarás tan idiota como el mismo protagonista.
Justamente acabe con ese libro de Dostoeivski hoy, ya son 3 los que he leido junto con este (Hermanos Karamazov, Crimen y castigo) y sinceramente esta solamente un poquito (muy poquito recalco) sobrevalorado, a mi parecer Los hermanos Karamazov fueron el punto más alto de Dostoeivski, de cualquier manera me encanto tu reseña saludos!!
ResponderEliminarLo mismo... Pesada de leer como el carajo
ResponderEliminarEmpiezo a leerlo! Ja, ja, ja... leí tu reseña, me pareció identificarte muy bien; creo que eres una persona decidida, espero tener la misma convicción que tú. Por otro lado, sí, sí tienes razón, los nombres son un dolor de cabeza, pero creo que en Bolivia también tenemos un autor EXISTENCIALISTA - EXPERIMENTALISTA, que se llama Víctor Hugo Viscarra con "BORRACHO ESTABA, PERO ME ACUERDO" es corta, de algunas páginas del texto salió una película, que quizá te llame la atención. (Cementerio de elefantes) Gracias por tu reseña. Saludos desde SANTA CRUZ BOLIVIA.
EliminarLo mismo... Pesada de leer como el carajo
ResponderEliminarMe quedan 100 páginas (por mis cojones que la termino) pero me está costando un huevo, casi más que Rojo y Negro. Es durillo la verdad. Vamos, no es Crimen y Castigo, no os engañéis.
ResponderEliminarAcabo de terminar el libro (a mi también me ha llevado mi tiempo) y coincido contigo en que la novela es en sí bastante cargante, y que te acabas haciendo un lío con lo enrevesado de su trama, pero aún así no puedo decir que no me haya gustado. Las descripciones de los personajes de Dostoievski son espectaculares (sobre todo las de Lizaveta y Nastasia, con las cuales hasta me he llegado a reir), y bastantes partes del libro, aunque no la mayoría, me han parecido de una genialidad correspondiente a la que se le atribuye con merecida razón a Crimen y Castigo o a Los hermanos Karamazov. En resumen, que aunque lo haya pasado en ciertos momentos mal y haya tenido que tirar de mi máxima de nunca dejar un libro a medias en más de una ocasión, me alegra no haberlo abandonado y la obra en conjunto yo sí que la consideraría como otra de las obras cumbres del autor, aunque en otro sentido. Un saludo!
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